Entrevista a Antoni Travería, Director de Casa América Cataluña.

Por: Susana Samaniego

Casa América Cataluña es una institución de referencia en el ámbito de la integración intercultural. Cuenta con 107 años de trayectoria desde su creación en el año 1911, tiempo durante el cual ha sido testigo de los grandes acontecimientos sociales y políticos ocurridos en España. Ha experimentado, según palabras de su Director, una especie de montaña rusa, con momentos espléndidos y momentos dramáticos. Actualmente siguen formando parte del tejido activo de la ciudad, gestionando una oferta que incluye exposiciones, seminarios, jornadas de debate y estudio, espacios literarios y musicales, ciclos de cine; con miras a ser un complemento de cooperación cultural americanista con las instituciones y, al mismo tiempo, puente de acción exterior que favorezca el desarrollo de los países de América Latina desde Cataluña.

A continuación compartimos la entrevista realizada a su Director, Antoni Travería.

1. ¿Cuál ha sido el recorrido histórico de Casa América Cataluña y qué rol que ha desempeñado en términos de integración cultural entre España y Latinoamérica?

Hay una primera parte gloriosa, desde 1911 hasta el estallido de la Guerra Civil. Durante esa época esta Casa hizo muchas cosas buenas y muy interesantes. Se llamaba, entonces, Casa América de Barcelona (ahora se la conoce como Casa América Cataluña) y fue fundada por gente que quería establecer un nuevo tipo de relación comercial, económica, diplomática y cultural con todos los países de América Latina. Esto, después de que España hubiera perdido las últimas colonias: Cuba, Filipinas y Puerto Rico, en 1898. Se vio la oportunidad de establecer, en vez de una relación vertical, de Metrópolis a Colonia, una relación horizontal, basada en el trato de igual a igual.

Todo esto generó mucho entusiasmo y la vinculación de mucha gente. Llegaron a tener delegados de la Casa en cada uno de los países latinoamericanos, que hacían el papel de intermediarios entre la gente que poseía materias primas en América Latina y las fábricas y la industria de aquí. Era una relación comercial “de tú a tú” porque uno ponía la materia prima, el otro la transformaba en producto y los beneficios eran repartidos en partes iguales.

En los años 20 se produjo el matrimonio de la Casa con la Universidad de Barcelona y esta unión entre lo académico y lo comercial casó muy bien hasta la fecha. Por lo tanto, entraron la academia, la cultura y los estudios a la Casa.

Luego vino la Guerra Civil y lo destruyó todo. Había gente que estaba de acuerdo con el golpe y gente en contra. Los que no estaban de acuerdo tuvieron que irse al exilio, murieron o se refugiaron. Lógicamente la Casa estuvo en riesgo pero tuvimos una suerte que me gusta contar: todos los Cónsules Iberoamericanos destacados en Barcelona firmaron un manifiesto que se constituyó en un aviso para las nuevas autoridades franquistas.

La idea era manifestarse sobre el valor que tenía la casa, a través de su archivo y su documentación. Así, los cónsules crearon este documento para poner de manifiesto que la Comunidad Iberoamericana de Naciones era la legítima propietaria de todos los bienes que había en la Casa y que, por tanto, cualquiera que quisiera tocarlos, llevárselos o quemarlos tendría que enfrentarse a ellos. En el documento constaban 20 países con sus sellos y firmas, y eso hizo que la Casa fuera de las pocas instituciones donde, una vez ganada la Guerra por las fuerzas franquistas, no se tocara nada.

Manifiesto Web

Manifiesto firmado por los Cónsules Iberoamericanos. Fuente: Casa América Cataluña

2. ¿Fue crucial esa adhesión a una titularidad, a través del manifiesto, para determinar a futuro una relación de igual a igual?

Así es. Y el manifiesto es un documento que rescaté. Como anécdota diré que a todo Cónsul nuevo que llega a Barcelona, le obsequio una copia del manifiesto y me agrada ver que algunos de ellos lo tiene en su despacho, como yo.

Posteriormente, una vez recuperada la democracia, esta Casa sirvió de puente con los viejos “Casals” diseminados por toda América Latina, que son precisamente, en su inicio, lugares donde se encontraba la emigración catalana o la gente exiliada que tuvo que irse de aquí. Existía el Casal catalán de México, de Uruguay, de Lima y en algunos países hay incluso 2 o 3, como el de Guayaquil y Quito en Ecuador y en Argentina, el de Buenos Aires, Rosario, Mendoza o Córdoba.

3. Una vez retornada la democracia, ¿cómo valora la actuación de la institución con la recuperación de sus orígenes como Casa América?

Se ha mantenido la visión de hacer un puente de culturas entre Barcelona, Cataluña y España, y América Latina y el Caribe, con la intención de tener aquí el máximo número posible de expresiones culturales, de pensamiento, de filosofía, de política, de economía, de sanidad, de literatura, de cualquier temática, y traerlos aquí para dar a conocer sus trabajos y sus ideas. En resumen, ofrecer la posibilidad de que aquí se tenga acceso a ese mundo cultural tan lejano y ahora tan próximo (una noche de avión).

Actualmente hay 19 Casas América en todo el mundo, de las cuales la más importante es la que se encuentra en Cuba. Solamente hay que pensar quiénes fueron directores de esa Casa: Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez y Mario Benedetti.

Creo que hemos conseguido, poco a poco, tener un tejido social importante que son militantes de la Casa, como les llamo yo, y que vienen ante cualquier circunstancia y que nos animan a seguir en este camino.

Hemos pasado épocas malas también, la crisis económica tampoco ha sido ajena a la Casa, por supuesto, y sí que hicimos un salto importante en 2006. Conseguimos el paso de Asociación a Fundación, con un Patronato conformado por tres instituciones públicas y una privada: el Gobierno de España a través del Ministerio de Exteriores, el Gobierno de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. La parte privada del patronato la conforman 20 miembros, empresarios que han estado todos estos años manteniendo el vínculo con la Casa.

4. ¿Recupera su espíritu de integración entre Cataluña y América Latina, teniendo como principal vehículo la cultura?

Sí, entendiendo la cultura en un sentido muy amplio. Por aquí han pasado varios presidentes de países de América Latina, Ricardo Lagos, de Chile, el presidente de México, Vicente Fox, Rafael Correa, del Ecuador… o Ministros de esos gobiernos que han tenido la puerta abierta para explicar o rendir cuentas ante sus compatriotas y lo han hecho aquí. Por ejemplo, los alcaldes de Medellín, cada año o cada dos años hacen una conferencia y explican sus planes municipales. Otro ejemplo es Lima, una ciudad con la que tuvimos mucha vinculación, especialmente en el Callao, con una escuela en la que nosotros hicimos un proyecto de cooperación de creación de aulas informáticas.

Aquí no solamente son los latinoamericanos los que se sienten atraídos o interesados por las cosas que hacemos, sino que también viene mucha gente autóctona, catalana y española que llena el auditorio. Tenemos una sala grande de cine y todos los viernes estrenamos una película latinoamericana. Ahora, por ejemplo, se acerca la Semana del Humor Latinoamericano y traemos a exponentes, normalmente jóvenes, de humor inteligente, representantes de México, Argentina, Uruguay. Este también es un momento de integración porque se junta gente muy diversa de muchos países y gente autóctona; es un lugar de encuentro.

5. ¿Cómo explicaría los beneficios que se logran a través de la integración entre diferentes culturas?

Creo que el mundo es un lugar que los humanos hemos hecho complicado. Nosotros intentamos que haya un poco de luz, de debate, de pensamiento y que las ideas puedan ser expuestas con normalidad, con tranquilidad. Yo creo que esta tarea no la ves a diario pero la notas con el tiempo. Aquí se ha conocido mucha gente entre sí, del público. La inmensa mayoría de las actividades, salvo el cine y la música, son gratuitas. Nosotros no ganamos dinero, estamos para provocar cohesión social, integración, conceptos que creo que no hay que perder nunca de vista, ante fenómenos como los que estamos viviendo hoy en día.

Actividades culturales. Fuente: Casa América Cataluña

6. Latinoamérica ofrece una compleja diversidad de colectivos, esto ¿qué retos supone para la gestión de un modelo de integración intercultural?. ¿Hay una mirada transversal o gestionan las actividades según la tipología de colectivos?

Yo creo que tiene que haber las dos cosas. Por una parte, una mirada que agrupe y que sume un conjunto transversal y otra que sea muy particular. Aquí hay países de todo tipo, también de tamaño, como por ejemplo, Brasil y Nicaragua. 200 millones de habitantes viven en Brasil, de los cuales en São Paulo son 22 millones y, por tanto, no es comparable la situación de Nicaragua, Brasil o Guatemala con Argentina, por ejemplo. Argentina es un país lleno de escritores y escritoras, normalmente muy buenos, con un cine espectacular con poco presupuesto que llega a todo el mundo. Aquí, lo que hacemos en la Casa es equilibrar: hay una producción de cine argentino bárbaro, en Colombia también y en México, por supuesto. En cambio, hay otros países que no tienen esa posibilidad y se trata de suplirlo trayendo cine guatemalteco, por ejemplo.

7. ¿Cree que existe alguna relación entre el modelo de ciudad de Barcelona y la mirada que tiene o que ha tenido desde sus inicios la Casa América?

Sí. A lo largo de la historia ha habido varias Barcelonas. Ahora vivimos en una Barcelona distinta a la del 92, que era la de la construcción de algo nuevo, renovando y revolucionando lo antiguo y dándole una personalidad a la ciudad. Ahora nos encontramos en otra Barcelona, la que ha pasado a ser una más del circuito turístico esencial de los que vienen a Europa o de los europeos que viajan, junto a Londres, Roma, París, Berlín o Madrid.

Nosotros también hemos de ser receptivos a esos cambios sociales que se producen en nuestra ciudad. No es lo mismo la etapa en la que llegaron a haber en Cataluña unos 400.000 latinoamericanos, que la etapa actual, en la que residen unos 200.000 aproximadamente. La crisis económica en España coincidió con el crecimiento económico de países como Ecuador, Bolivia, Brasil o Perú. Con Ecuador ocurrió que, en pocos años regresó mucha gente porque aquí se estaba mal y allá ya se estaba mejor.

8. ¿Cuál diría es la gran asignatura pendiente de las ciudades en torno a la integración y la promoción de la interculturalidad?

Hay una cosa esencial en la integración: la enseñanza. La escuela, la educación, es lo más importante. Las instituciones públicas, los gobiernos, tienen que estar muy atentos y cuidar muchísimo la materia educativa, a nivel local, regional, estatal, europeo y mundial. Creo que las cosas aquí no se están haciendo mal, hay cosas por corregir pero no tengo la sensación de que sea una ciudad agresiva o despótica que trate mal al recién llegado o a la persona que lleva años viviendo aquí. Hay una cierta estabilidad en el ecosistema con las dificultades que esto comporta, porque hay muchas diferencias entre algunos barrios.

 9. ¿Se refiere sólo a la comunidad latinoamericana o en general?

En general. Incluyendo también a los asiáticos, los pakistaníes o la comunidad china, que son comunidades muy numerosas. Es un gran reto porque somos un país nuevo recibiendo gente y con nuevo quiero decir desde hace 20 años. Hay países como Francia que llevan recibiendo gente desde hace mucho tiempo, durante todo el siglo XX. París es multirracial desde todos los puntos de vista, todas las ex-colonias están allí.

Nosotros no. Hemos de aprender y hemos de buscar modelos exteriores. España fue una sociedad que durante el siglo XX expulsaba población, nos teníamos que ir cuando había épocas muy duras (como en los años 50 y 60). También hubo una emigración muy fuerte desde el interior, desde Andalucía o Aragón hacia las zonas industriales como el País Vasco o Cataluña, pero también hubo una emigración exterior importante, fueron a Suiza, Francia. Ahora recibimos población y hemos de aprender a gestionarlo.

10. ¿Cómo definiría los principales retos que enfrentan los procesos de integración de comunidades latinoamericanas?, y no sólo en España, sino también en otros lugares del mundo.

Un reto muy importante: romper con los estereotipos. ¿Cómo rompemos esa presencia simbólica que tenemos en la cabeza de lo que es América Latina?. Esa es mi lucha diaria y ahí la importancia del papel de los medios de comunicación, y lo digo como periodista que fui o soy, y, por tanto, con un cierto conocimiento de causa. Los medios tendrían que ser útiles ante esta tarea.

Durante muchos años hemos identificado a Brasil con el fútbol y las telenovelas, estoy cansado de eso. Eso no es verdad, igual que España no se define por los toros y el fútbol. Hay muchas más cosas, como la calidad de los pintores, de los escritores, la Generación del 27… A mi me gustaría que no sólo llegasen noticias malas y trágicas de este continente, tan desconocido a pesar de la cercanía.

 11. ¿Cree que las nuevas tecnologías pueden ser un aliado?

Depende del uso que les des. Yo les tengo una enorme curiosidad y también un cierto pánico. Creo que hay una parte del mal uso que se hace de las nuevas tecnologías que ratifican aún mas los estereotipos. Pueden ser una caja de resonancia en positivo o en negativo, depende de cómo fluya el mercado, pero también pueden ser una importante herramienta de divulgación para entidades o desde las políticas.